Recetas para el Primer día del nuevo Gobierno ( unas pocas)

A quien pueda interesar,

Nos estamos endeudando de forma irresponsable en unas cifras astronómicas que, con un poco de mala suerte, no vamos a ser capaces de devolver ni en dos o tres generaciones. Y por ello creo que deberíamos estar procediendo, desde mañana mismo, a vender todo aquello que todavia tengamos en buen uso, a saber,

_Empresas estatales tipo AENA y Loterías del Estado. Y no estoy pensando en vender el 100% del capital, sino el 49%, para empezar, para hacer caja. Utilizando el mismo sistema que se ha venido utilizando históricamente en todos los hogares españoles y del Mundo cuando las cosas venian mal dadas y había que echar mano de la vajilla de porcelana, las joyas y la cubertería de la Abuela o Bisabuela. Sí es mal momento, pero lo puede ser peor pasado mañana como la reciente Historia nos está demostrando. Hay que arrojar lastre, pero ya, o nos hundiremos en la miseria más absoluta y terrible. Además, ya se hizo el trabajo de valoración y estudios previos que costaron un dineral. Se repasan someramente y ¡ ajugar!. Dinero al bote común.

_Empresas u Organismos Autonómicos, Municipales o Diputacionales cuya única mision es proteger los intereses de los caciques de turno y suministrar jamón en buenas hogazas de pan y un sinfin de gabelas a los más o menos allegados muñidores de los favores públicos. Y no pongo ejemplos porque existe tal desmadre nacional que a cualquiera le viene a la mente decenas de chiringuitos semejantes en todas y cada una de las Provincias.

_Emisoras de Radio y televisión públicas, autonómicas o estatales. Hay que empezar a privatizarlas prácticamente todas, dejando, como mucho, el equivalente a una cuarta parte de las frecuencias e instalaciones actuales. Porque, ¿que sentido tiene desplazarse pot las dos Castillas o Aragón, con un territorio que supone la mitad de España, y sintonizar las mismas emisoras en dos o tres frecuencias, de Radio nacional o la SER, simultáneamente.? No estamos en guerra, ni en epoca de postguerra. Y los ciudadanos no necesitan ser instruidos, informados ni aleccionados permanentemente desde los Poderes o instancias públicas, siempre dominadas por la ideología del Partido dominante en cada momento.