sábado, 5 de enero de 2008

Administraciones Públicas vs Ciudadanía con tiempo finito

Hoy he sufrido en carne propia, en mi tierra, Castellón de la Plana, el cumplimiento de la máxima o Axioma que parece regir el funcionamiento de la mayor parte de las Administraciones Públicas (AAPP) españolas: la ciudadanía, incluidos la gente de a pie y las empresas, sus responsables, dispone de todo el tiempo del mundo. Ergo, se les puede marear de mesa en mesa; de despacho en despacho o negociado en negociado (caso de la Delegación de Hacienda-AGE ) o bien no se les permite todavía realizar una simple petición de información a través de Internet, con el pago de las correspondientes tasas ( caso de la Delegación de Industria-CAV ). O realizar una autoliquidación del impuesto de Donaciones y Sucesiones en la Delegación de Nules de la Generalitat valenciana.

Menos mal que una vez más, la Unión Europea viene en nuestro rescate con la conocida Agenda de Lisboa, y a través de la aprobada Ley de la Sociedad de la Información, vamos a tener garantizado, en el plazo de dos años, nuestro derecho a poder comunicarnos con nuestros administradores de la Administración General del Estado (AGE) a través de tan increíble herramienta. Esperemos que las restantes administraciones públicas hayan tomado buena nota y hayan empezado ya la tarea de revisar todos sus Procedimientos externos a fin de que la ciudadanía pueda ejercer el derecho, que ya es una realidad en una buena parte de las restantes Administraciones europeas.

De lo contrario sería lícito empezar a pensar que nuestros administradores están en connivencia con las Gestorías, excelentes profesionales que tan buen servicio han prestado hasta ahora transportando papeles de una ventanilla a otra. Seguramente podrán continuar ganándose la vida con aquella parte de la población que “no quiera complicarse la vida” y tenga dinero para pagárselo. Pero sin obstaculizar a quienes necesiten ahorrar hasta el último euro para seguir desarrollando su actividad, manteniendo al menos, los puestos de trabajo creados con esfuerzo y dedicación dignas del mejor encomio, consideración y respeto

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